

Ese
Romero

Estaba tan cerca
Hablar de cariño o amor, sin caer en clichés, puede ser muy difícil. Para parejas que ahora quedaron en la historia esto puede ser algo enterrado en lo más profundo y bordear lo que solemos llamar “un error más”. Quién tiene experiencia en el amor, quién tiene la potestad de hacer juicios de valor sobre él, ¿ni tú ni yo? Es simple, se puede cometer un error al definirlo; al fin y al cabo, lo que importa, es sentirlo.
Al presionar cada tecla pienso que voy ingresando poco a poco a un campo de batalla en el que fácilmente puedo salir herido, no por las acciones de alguien, sino por las balas que salgan de mis pensamientos…esas logran hacer más daño.
Un “te amo” es una frase que puede llegar a incomodar a la otra persona ya que esta no siempre está segura de sentir lo mismo o puede creer que aún es demasiado pronto para decirlo, o peor aún, sentirlo. Admito haber usado la frase pero no por inercia o por puro juego, sino porque hasta el momento quien me acompaña me ha demostrado que vale la pena sentir por ella algo tan fuerte que brota desde lo más profundo del alma, un sentimiento que circula como la sangre y quema como la llama.
Que lo sienta la otra persona ya es una historia distinta, tampoco es trabajo de uno solo. Lo divertido de aquello está en brindarle las armas para no sentirse desprotegido ante tal sentimiento que aunque pueda llegar a ser muy sagrado, es también el que provoca los mayores males cuando no es usado con buenas intenciones.
Cabe resaltar que el amar no se encierra en palabras, puede ser expresado hasta con la mirada. El error que muchos cometemos es reducirnos a la seducción y el placer de querer escucharlo. Orgullo malévolo. Es así como funciona, no todos tenemos la misma facilidad para expresarlo, no todos confiamos a un nivel similar, no hemos sufrido ni llorado tal cual lo ha hecho otra persona en el mundo; en otras palabras, no hay forma de saber que nuestra pareja ya está lista hasta que ella misma se sienta en la libertad de liberar los sentimientos.
El corazón es cárcel que se apertura cuando menos se espera, no se obliga ni se impone, el carcelero no se compadece ante pedidos ni súplicas. No intentemos entender algo que no hemos explorado y mucho menos apresar lo que no se nos ha brindado.
En uno de mis pocos viajes logré capturar una foto que resume lo que pienso, en aquella se aprecian piedras de forma circular, una tras otra. La que está más cerca es la que luce más grande, más clara; es así como se puede observar el amor. La claridad y la intensidad que tenga alguien ante nuestros ojos dependerá de qué tan cerca se encuentre a nuestro corazón que, paradójicamente, no está hecho de piedra.
Aprovecho para saludar a quien me ha regalado seis meses de su vida, a quien me ha regalado una vida de emociones, a quien en algún momento me atreví a decirle que la sentía muy lejos. Curiosa la vida que hoy me demuestra que el amor estaba tan cerca.
