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Ataco en prosa

Los símbolos que en estos segundos ingresan por tu vista y te invitan a continuar leyendo mi mensaje no son más que un arma que hoy usaré para liberar la fuerza que llevo dentro. La prueba que en mi ser hay un ente pensante que sabe expresar su ideal, que vive y se deja llevar por la buena lectura y el acto de crear. Tal vez soy un aficionado que peca al creer en un pseudotalento. No me importa.

 


La libertad que me permite expresar mis pensamientos me aleja más y más del escritorio en el que me siento a redactar; te escribo sin importar que dirás,  me lees sin importar que hablaré, me inspiro sin dejar de pensar, me entendiste sin saber de qué hablé. A veces siento que el verso me seduce y me  invita a ser su esclavo; la prosa, muy celosa, me recuerda que la uso en todo lado. ¡Verso lárgate!

 


Mi cabeza está al borde de la explosión, no intento ir por tu vereda,  cruza la pista y dame lo que queda, de tus labios esa sensación. Lo siento mucho por la poesía, no he respetado sus parlamentos, y así quisiera expresar con ella mis sentimientos, déjame, no soy amigo de la hipocresía.

 


Qué rayos sucede, he intentado despertar, ayer hablaba de un delirio, hoy hablo sobre hablar. La locura no se parece en nada a la vida, la segunda te da oportunidades; la primera, te aleja de las verdades; pero juntas, te han podido cerras muchas heridas.

 


Este no es mi estilo, nunca aprendí de sus indicaciones, volveré a mis letras sin sentido, que anhelo convertir en canciones.

 


¡Basta! Ya me burlé mucho de mí mismo, no sirvo para poeta. No aguantaría encajar palabras y reducirme a una métrica, prefiero ampliar mi universo de oraciones destinadas a gente que me entienda y no a personas que me aplaudan, que me citen, que me atiendan. Esto es una base para la reflexión, una de muchas más. La lectura es un placer, que tal vez por falta de tiempo he dejado de ejercer, pero por mientras me encuentro su amiga íntima, una amiga muy bonita que pocos quieren conocer. Si para ustedes, si es que alguien está leyendo esto, es satisfactorio leerme, genial… más satisfactorio, desde mi carpeta, es escribirles.  

 


La letra no es letra muerta si no la has asesinado, tu verso no será poema, si no lo has intentado. Yo lo intento muchas veces, y no me he sumergido en el fracaso de hundirme en lo profundo de una fosa. Hoy  en día me defiendo en verso, pero te ataco en prosa.

© 2014 Ese Romero. Todos los derechos reservados....los izquierdos, también.

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