

Ese
Romero

Cuenta regresiva
No intento ponerme sentimental ni apelar a su lado más emotivo. Disculpen si recurro a esto para saludarlos, desde ya imagino qué tipo de comentarios podría recibir, tanto de parte de ustedes como del resto, sé que todo será aceptable. Permítanme hacerles recordar que desde antes de empezar a vivir nuestro sueño, la universidad, ya estábamos compartiendo las mismas metas... ser unos profesionales.
El ser parte de un grupo que, antes que nada, es humano en todo el esplendor de la palabra, me ha servido para recobrar fuerzas en momentos difíciles e imaginar ideas un poco carentes de lógica, todo acompañado del sentido del humor que a ustedes caracteriza, aquel que a nadie le provoca gracia pero que entre nosotros revitaliza.
No hace falta estar inspirado para describirlos, los cuatro siempre hemos sido conscientes de la opinión del resto y la hemos respetado. Es raro pensar que hace tres años ni siquiera nos conocíamos pero ya manejábamos criterios en común que, por encaje de fechas, casualidad del tiempo, o simplemente destino, determinaron necesaria la idea de ingresar juntos a aquel mundo de batallas interminables. El camino recién empieza.
Quien les habla, puede que sea quien más ha incomodado, quien más ha recibido consejos, quien más ha cometido errores, pero es esta misma persona quien quiere agradecerles por todo el apoyo incondicional que he recibido. Apoyo a mis ideas y decisiones, que aunque no siempre fueron las más acertadas, nunca intentaron bajarme de la nube.
La naturaleza de nuestra carrera indica que estamos a menos de un año de separarnos, en grupos de dos tal vez; pero aún así siguen brotando las ganas de trabajar y dejarle algo a las aulas que nos acogen en cada charla. Se viene un año difícil por todo lo que queremos afrontar; el logro gratificará.
Ante la pantalla que les muestre estas letras y en el lugar que se encuentren, sonrían por los trabajos de los que salimos airosos, por aquella fiesta que nunca hemos tenido, porque no logré contagiar a Miluska con mi varicela, por Huancayo y Paracas, por los cursos que compartimos, por Splash, por IMSO, por el proyecto APECS; odiaré decir lo siguiente pero...sonrían por Steffy, Bacteria, La Chupi y por Pershing, por todos y cada uno de nosotros. Tal vez no seremos los cuatro fantásticos, solo somos cuatro personas que descubrieron la amistad y el respeto a pesar de los incontables defectos.
Esta historia no es exclusiva de nosotros, todo el mundo anda agrupado y muchas veces por gustos en común; solo deseo que esto no se desintegre, que nada destruya la imagen del alma. Amistad.
La cuenta regresiva ha iniciado, serán de repente las campanadas que anuncian el final de nuestras aventuras, o la tonada que invita a empezar el camino más largo de nuestras vidas, la adultez. Fuertes, Vargas y Villarroel, hace mucho que dejamos de ser compañeros, muchas gracias hermanos.
